analizando las profecias


Identificando al Anticristo

Resumir las profecías que circulan acerca de nuestros días es tarea enciclopédica. Todas ellas, antiguas o modernas, giran, de una manera u otra, alrededor de la identificación del Anticristo o el Cristo verdadero. Para los cristianos fundamentalistas y los sionistas, el Maitreya de la nueva Era sería ese anticristo; mientras que para musulmanes, budistas y gentes de la Nueva Era, los imperialistas serían ese Mal.

Las profecías del templario Juan de Jerusalén, que datan del siglo XV y se refieren a “cuando pasen mil años del año mil”, son algunas de las más citadas actualmente. Este párrafo parece describir el conflicto actual en Oriente Próximo: “El que predique la fe de Cristo perderá su voz en el desierto. Pero por todas partes se extenderán las poderosas aguas de las religiones infieles. Falsos Mesías reunirán a los hombres ciegos. Y el infiel armado será como nunca antes había sido. Hablará de justicia y derecho y su fe será de sangre y fuego. Se vengará la cruzada. Regiones enteras serán botines de guerra. Más allá de los límites romanos, e incluso en las antiguas fronteras del Imperio. Allá habrá guerra entre tribus y aquí entre creyentes. Los judíos y los hijos de Alláh no dejarán de enfrentarse. Y la tierra de Cristo será su campo de batalla. Pero los infieles querrán defender por todo el mundo la pureza de su fe, y ante ellos no habrá más que duda y poder. Entonces la muerte avanzará por todo el mundo como el estandarte de los tiempos nuevos”.

La virgen María también aparece en las más novedosas profecías, recogidas a través de la vidente de Bayside (Estados Unidos), Verónica Lueken. Estas palabras corresponden a 1978 y se atribuyen a Nuestra Señora, conocida como la “Lourdes de América” hablando de masonería y conspiración: “En el pasado hemos aconsejado a través de profetas, vuestros Papas, para que se les prohíba a todos quienes se han unido a la Iglesia de Mi Hijo, que se les prohíba volverse parte de la libre masonería y los Masones. ¡Y, ¿por qué? Porque, hijos Míos, no son de Dios, y si no son de Dios, son el Anticristo. Y, ¿por qué son el Anticristo? ¡Porque ellos adoran ídolos falsos!… (1 de noviembre 1977) “Hijos Míos, llamamos a esta gran conspiración la sinagoga de satanás.” (19 de febrero 1978). El 30 de mayo de 1981, la vidente recibió por boca de la virgen una advertencia más concreta: “Siria tiene la llave para la solución de la paz mundial, o para la tercera guerra mundial. Será la destrucción de tres cuartas partes del mundo. Un mundo en llamas, también con la Bola de la Redención.”
No son pocos los que han advertido que la alusión a Siria se repite, milenios atrás, en la Biblia, concretamente, en el libro de Isaías: “Duro anuncio contra Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será monton de ruinas. Las ciudades de Aroer están desamparadas…”(Isaías 17: 1-2). La referencia a Israel en todo este contexto bélico se encuentra en (Isaías 17:4-9) bajo el nombre en clave de “Jacob”. “En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará y desparecerá la gordura de su carne”(…) “En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni las imágenes del sol. En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel”.

A su vez, los judíos creen ver en el siguiente párrafo del mismo Isaías, una profecía de una coalición internacional contra el estado de Israel. La resistencia ante las presiones de la comunidad internacional para que se detenga la ocupación de Palestina, puede tener su origen en este párrafo: “¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas. Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas: pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino. Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Este es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean.” (Isaías 17: 12-14).

Las páginas web sionistas se ocupan de extender que el enfrentamiento de Israel con el resto del mundo está profetizado en diversos pasajes bíblicos tan antiguos como éste Ezequiel 38: 15 (600 a.C.) “Vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos y muchos pueblos contigo… y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra. Las páginas judías en Internet advierten también del inminente retorno del Mesías. También, en Zacarías 8: 23 (487 a.C.) “Así ha dicho el Señor de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros”.

La influencia que la Biblia tiene entre los judíos es tan grande como la que tiene el Corán para los musulmanes. Hace ya más de diez años, el norteamericano de origen judío, Michael Drosnin, publicó el primer libro desvelando “El código secreto de la Biblia”, por estos días, la editorial Obelisco publica la segunda parte en España. El matemático israelí, Eliyahu Rips, habría descubierto un algoritmo que, procesado por un potente ordenador, detectando un verdadero tesoro de mensajes proféticos. El libro anticipó, entre otras cosas, el asesinato del presidente israelí Isaac Shamir y reveló que el atentado del 11-S estaba inscrito en los códigos de la Biblia, donde también aparecían los nombres de Arafat, Sharon y Clinton… o del propio matemático que lo descubrió. La todopoderosa NSA (los verdaderos servicios secretos norteamericanos) habría validado este código y tanto Arafat, como Clinton, Simón Peres y el hijo de Ariel Sharon se habrían entrevistado con Drosnin y habrían leído el libro; su profecía más apremiante es el comienzo de una guerra nuclear…. Para el 2006. ¿El desencadenante? Jerusalén.

Los más ortodoxos no tienen por qué creer en este código; les basta con repasar el mayor best seller de la historia de la Humanidad para encontrar conexiones con los sucesos actuales; hace sólo unos meses, cayeron los muros de Jericó… (una cárcel palestina fue asaltada por el ejército israelí).

En la Biblia existen al menos 50 profecías que hablan del Anticristo, que se pueden encontrar en el libro de Daniel, la Carta de San Pablo a los Tesalonicenses y, por supuesto, en el Apocalipsis. Las interpretaciones, por supuesto, son diametralmente opuestas según la pertenencia a los grupos anteriormente citados. En Daniel 9-19, encontramos: “Yo te mostraré las cosas que han de suceder al fin de la maldición o castigo de Israel porque este tiempo tiene su término. El carnero que viste armado de astas es el rey de los medos y los persas [Irán] El macho cabrío es el rey de los griegos; y la grande asta que tiene entre sus ojos denota el primer rey (…) Y después del reinado de éstos, creciendo las maldades de los judíos, se levantará un rey descarado, y entendedor de enigmas, o muy astuto, y se afirmará su poder; mas no por sus fuerzas sino por su astucia, y todo le saldrá bien: y quitará la vida a los esforzados, al pueblo de los santos, y tendrán buen éxitos los dolos que urdiere (…) y se alzará contra el príncipe de los príncipes; pero será aniquilado, y no por obra de hombre”.

Las discusiones acerca de esta profecía giran en torno a si se refieren a Jesuscristo (en su primera aparición), a su segunda venida o si se refiere al Anticristo. Isaías continúa así anticipando los problemas en torno a Jerusalén: “Se han fijado setenta semanas de años para tu pueblo y para tu santa ciudad [Jerusalén], al fin de las cuales se acabará la prevaricación, y tendrá fin el pecado… Y después de las setenta y dos semanas será nuevamente edificada la plaza o ciudad y los muros en tiempos de angustia. Y después de las setenta y dos semanas, se quitará la vida al Cristo: y no será más suyo el pueblo, el cual le negará. Y un pueblo con su caudillo vendrá, y destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será la devastación; y acabada la guerra quedará establecida allí la desolación”.

El Apocalipsis está repleto de párrafos en los que se alude a “ángeles del cielo” como portadores del “fin de los días” y el retorno del Mesías. En 18-2, se lee: “Y después de esto, vi descender del cielo a otro ángel, que tenía potestad grande, y la tierra quedó iluminada con su claridad. Y exclamó con mucha fuerza diciendo: ‘cayó, cayó Babilonia la grande’, y está hecha morada de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo”. Las alusiones al Tigris y al Éufrates son asociadas por creyentes de diferente signo a la actual guerra de Irak, mientras que las gentes de la Nueva Era ven en esos ángeles a los extraterrestres de la “Federación Galáctica” que vienen en auxilio de la Humanidad. La gran Babilonia sería para muchos grupos de todo tipo, el Imperio sionista-norteamericano. Para los judíos y cristianos protestantes, por su parte, el Armagedón que se estaría librando actualmente en esa zona, sería su batalla frente al Anticristo musulmán.

Ya en el Nuevo Testamento, en la carta de San Pablo a los Tesalonicenses 2, 3-4, se explica cómo será el Anticristo, “no vendrá este día sin que primero haya acontecido la apostasía casi general de los fieles, y aparecido el hombre del pecado, el hijo de la perdición, el cual se opondrá a Dios y se alzará contra todo lo que se dice Dios, hasta llegar a poner su asiento en el templo de Dios, dando a entender que es Dios”. Muchos cristianos creen ver en este párrafo, un signo del ateísmo triunfante en el mundo capitalista.

Entre los cristianos fundamentalistas y protestantes, se ha extendido la creencia de que Maitreya-Sananda, el Mesías esperado del budismo y la Nueva Era, es el Anticristo. Estas supuestas revelaciones de la virgen, en Nowra, Australia, de 1982, hacen referencia a esto: “Os doy una advertencia a todos mis hijos de la tierra. Tened cuidado pues vendrá uno a engañar a la humanidad y su reino traerá gran infelicidad y destrucción a la tierra. Él es el Anticristo, el ‘lord Maitreya’. No le sigáis, hijos míos, que es el inicuo burlador, la Vieja Serpiente, que gobernará el mundo con un solo gobierno y una sola iglesia”. La más reciente de las importantes profecías (al margen de las de Fátima, por supuesto) corresponde al papa más influyente del siglo XX.

Unos días antes de morir, Juan XXIII, dictó una serie de profecías en las que anticipaba el nombre del papa Benedicto y hacía una advertencia a Israel. “Israel, tú que regresas a tu tierra, hora es de limpiar la sangre de tus hijos. Por fin tiene seis puntas la estrella.(…) Sufres y luchas como quien te ataca y no encuentra la manera de dividirte. Sed hermanos. Os empujarán en el combate hacia el abismo, pero se esconden. Aquí se peleará el destino del mundo.Y esto será la causa de la ruina.”



La batalla espiritual sobre Irán
El enfrentamiento entre el estado de Israel, Estados Unidos y Gran Bretaña frente al régimen chiíta de Irán esconde una batalla religiosa, con tintes proféticos y mesiánicos. Sin duda, una batalla espiritual se cierne sobre la antigua Persia.
Si los sionistas del gobierno de los Estados Unidos (Richard Perle, Daniel Pipes, Henry Kisinger, Wolfowitz) han hecho causa común con los protestantes (Cheney, Bush y compañía) es porque, entre otras causas, ambas confesiones religiosas esperan la llegada del Mesías y creen estar movidos por la palabra de Dios. Lo curioso es que, por el otro lado, también los musulmanes esperan la aparición de El Mahdi, en este caso, acompañando a Jesús.
El Mesías cuya reaparición espera la rama chiíta del Islam, a la que pertenece Irán, habría nacido en el 868 después de Cristo, y se encontraría vivo y oculto desde entonces, esperando el momento en que le toque cumplir su misión, en el momento más oscuro para la Humanidad. Un hadith (dichos atribuidos al profeta Mahoma ajenos al Corán, algo así como sus “evangelios apócrifos”) habría anticipado estos hechos: “En ese tiempo, Alá hará surgir de mi descendencia un hombre que establecerá la paz y la justicia en la tierra, del mismo modo que había sido colmada con injusticia y angustia”.
El actual presidente iraní es un ferviente creyente en El Mahdi. Siendo alcalde de Teherán, Ahmadineyad construyó una avenida dedicada al esperado Mesías. Ya como presidente, dedicó 17 millones de dólares a la mejora de una mezquita en Jamkaran, al sur de Teherán, situada en un terreno donde se tiene la creencia de que se aparecerá el ungido. Acto seguido, mandó construir una vía férrea para conectar la ciudad con ese lugar. Su fe es tal que hace unos meses dejó una lista de los miembros propuestos para su gabinete en un aljibe adyacente a la citada mezquita, para pedir su consejo sobre la elección.
Las alusiones a El Mahdi son constantes en los discursos del presidente persa, que cree estar viviendo una batalla contra Satanás, y no es una simple manera de hablar en el terreno de la política. En un discurso pronunciado ante las Naciones Unidas en septiembre del año pasado, dijo: “Oh poderoso Alá, te rezo para acelerar el surgimiento de tu última encarnación, el Prometido, ese ser humano puro y perfecto, el que llenará de justicia y paz este mundo”.
La intervención llenó de asombro a los concurrentes. A la vuelta a Irán, esto fue lo que relató a sus seguidores: “Uno de nuestros consejeros se acercó y me dijo que en cuanto a comencé a decir ‘en el nombre de Alá, el Clemente y el misericordioso’ vio una luz a mi alrededor, y yo estaba colocado dentro de este aura. Yo mismo la sentí. Sentí que la atmósfera cambiaba de pronto, y durante esos 27 o 28 minutos, los líderes del mundo no parpadearon… Y estaban absortos. Parecía como si una mano los retuviera allí y les hubiera abierto los ojos para recibir el mensaje de la república islámica”.
Estas palabras han sido extraídas de un artículo escrito por Daniel Pipes, uno de los sionistas más influyentes en el gobierno Bush. El propio Pipes es quien ha extendido el rumor de que Ahmadineyad pertenecería a una sociedad secreta llamada “Hojjatieh”. Fue fundada en 1953 por el Sha de Persia con el propósito de erradicar la Fe Bahaí, que amenazaba el islam con su espíritu integrador y pacifista. Para Pipes, Ahmadineyad estaría intentando “sembrar el caos para preparar el retorno del duodécimo imán, el esperado El Mahdi”. Su tesis se apoya en la cercanía del presidente al clérigo Ayatollah Mohammad Taghi Mesbah-Yazdi, con conexiones con la escuela teológica de Qom, ligada a la citada secta secreta, Hojjatieh.
La presencia de un sionista entre los máximos detractores de Ahmadineyad no es casual. El presidente de Irán, Ahmadineyad, ha equiparado en diferentes ocasiones al sionismo con el demonio y, en concreto, ha llegado a dudar de la existencia del Holocausto, tildándolo de excusa para la creación del estado de Israel.
Estas son palabras extraídas del famoso discurso a consecuencia de las viñetas ofensivas sobre Mahoma: “Hasta donde le concierne a varios gobiernos agresivos europeos, y hasta donde le concierne al gran Satanás [los Estados Unidos], es permisible dañar el honor de los profetas divinos, pero es un crimen hacer preguntas sobre el mito del Holocausto, y sobre cómo el falso régimen que ocupa Palestina llegó a ser”. Una vez más, la cuestión religiosa, con foco en Jerusalén, se constituye en el foco de toda la tensión. Los musulmanes no quieren renunciar a su parte en Jerusalén y por ello sienten en carne propia los ataques a los palestinos.

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